La iniciativa de establecer una categoría 6 surge como respuesta al impacto del cambio climático en el aumento del calentamiento de los océanos, lo cual ha aumentado tanto la frecuencia como la intensidad de los huracanes.
La discusión sobre la creación de una nueva categoría de huracanes, la categoría 6, ha estado en curso entre científicos y meteorólogos en los últimos años debido al incremento en la intensidad de estos fenómenos naturales.
Esta propuesta surge como respuesta al cambio climático y sus efectos en el calentamiento de los océanos, lo cual ha resultado en un aumento en la frecuencia y la intensidad de los huracanes.
Según los expertos, el sistema actual de clasificación de huracanes, conocido como la Escala de Saffir-Simpson, podría no ser adecuado para describir completamente la magnitud de estas tormentas cada vez más destructivas.
La Escala de Saffir-Simpson, implementada en los años setenta, categoriza los huracanes en cinco niveles según la velocidad del viento, la presión central y el potencial de daño que pueden causar.
Sin embargo, los eventos recientes han planteado la pregunta de si esta escala necesita ser ampliada. En 2019, el huracán Dorian alcanzó vientos de hasta 185 mph (297 km/h), el límite máximo de la categoría 5. Dorian causó una devastación sin precedentes en las Bahamas, destacando las limitaciones de la escala actual para comunicar la amenaza de huracanes extremadamente potentes.
El climatólogo Michael Mann, de la Universidad Estatal de Pensilvania, ha sido uno de los principales promotores de la creación de una categoría 6. Mann sostiene que los huracanes modernos, impulsados por el calentamiento global, a menudo exceden los límites tradicionales establecidos por la escala de Saffir-Simpson.
De igual manera, James Kossin, científico del clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), ha señalado que el calentamiento de las aguas del Atlántico tropical contribuye a la formación de huracanes más poderosos.
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Según Kossin, “las condiciones en el Atlántico están más propensas a crear tormentas extremas debido al cambio climático. Es lógico considerar una nueva categoría que refleje estas realidades.”
El huracán Patricia en 2015, que alcanzó velocidades de viento de hasta 215 mph (345 km/h), es otro ejemplo que refuerza la necesidad de una categoría 6. Aunque no causó grandes daños debido a su paso por zonas poco pobladas, su intensidad fue un recordatorio de que los huracanes pueden alcanzar niveles de poder que la categoría 5 no captura adecuadamente.
Los defensores de la nueva categoría también subrayan la importancia de una comunicación precisa y efectiva durante las emergencias climáticas.
La meteoróloga Jennifer Francis, del Centro de Investigación del Cambio Climático de Woods Hole, afirmó que:
Una categoría 6 podría ayudar a transmitir mejor la gravedad de los huracanes más extremos a la población y a los responsables de tomar decisiones.”
La discusión sobre la creación de una categoría 6 para huracanes se basa en la evidencia de que el cambio climático está llevando a la formación de tormentas más intensas y destructivas.
Científicos como Michael Mann y James Kossin abogan por esta nueva clasificación para reflejar con mayor precisión la realidad de los huracanes en el siglo XXI, mejorando así la preparación y la respuesta ante estos fenómenos naturales cada vez más potentes.